Preparación de los canarios de canto para los concursos

Preparación de los canarios de canto para los concursos

Publicado por José Luis Bueno

Estamos ya casi en septiembre y los jóvenes van progresando en su canto, a partir de estas fechas donde la muda va completando. A partir de este momento se va entrando en un periodo digamos de mayor observación si cabe de los correspondientes grupos y separaciones que tengamos en nuestro aviario.

Recupero un articulo de Juez y criador Miguel Ángel Martín Espada, que ilustra a mi entender , este periodo en el que vamos a entrar.

Preparación de los canarios de canto para los concursos

Miguel Angel Martín Espada

1. Consideraciones previas

Antes de empezar a tratar el tema de la preparación de los canarios de canto para los concursos, es preciso hacer referencia a otros temas de sumo interés para el canaricultor. En primer lugar, hay que advertir al aficionado novel, al que va destinado el presente trabajo, que el método que vamos a desarrollar no es el único que utilizan los criadores de canarios de canto, existe una gran variedad de sistemas, todos ellos igual de válidos, e incluso podemos decir que existe un enfoque distinto de lo que es la preparación de los canarios en cada uno de los criaderos. Si es distinta la forma en la que trabajan los criadores de las tres razas de canarios de canto, cosa lógica en atención a las notables diferencias que hay entre ellas, a pesar de tener unas bases comunes, no es menor la diferencia que existe entre el método de un criador y otro. Las diferentes circunstancias que cada uno tenemos en nuestros criaderos influyen de forma decisiva en la forma de trabajar los canarios, así no es lo mismo disponer de mucho o de poco sitio en nuestras casas, tener mucho o poco tiempo libre y, en este último aspecto, en qué momento del día lo disfrutamos (nos viene a la memoria el caso de algunos amigos canaricultores que se ven obligados a entrenar sus ejemplares por las noches, debido a su turno de trabajo). Estas circunstancias y otras hacen imposible la existencia de un único sistema de preparación.

El criador de canarios de canto que empieza en este mundillo debe comenzar con un método que en un gran número de ocasiones no se adapta a sus circunstancias personales, por ello debe ir adoptando poco a poco un método propio, método que nadie le enseñará, la experiencia le irá aportando, con el tiempo, un mayor conocimiento de la materia que le guiará en ese empeño. No obstante, ello no quiere decir que en sus comienzos no tenga que guiarse por las enseñanzas de personas con más conocimientos y experiencia. En suma, debemos aprender un sistema, el que sea, siempre y cuando nos conste su corrección por los resultados conseguidos por nuestros maestros y sobre ese sistema, junto a otros que, sin duda alguna, iremos conociendo, iremos haciendo uno propio que se adapte a nosotros. No debe olvidar el principiante que no es él quien debe adaptarse al sistema, es el sistema el que se debe adaptar a él. El presente trabajo tiene como única finalidad orientar al principiante y darle unas bases sobre las que pueda ir trabajando.

Para terminar este apartado, simplemente decir que son bienvenidas, para el principiante, todas aquellas informaciones que le puedan reportar conocimientos, pero antes de dar crédito a opiniones foráneas a lo que es la canaricultura de canto, comprobemos que son aplicables al canario y, si no lo son, tratemos de aprender aquello que creamos puede sernos útil, pero nunca tomemos como dogma de fe aquello que no nos conste objetivamente como cierto solo porque unos señores, a los que se les presupone una mayor preparación científica, lo digan, máxime cuando sus observaciones ni siquiera se han realizado sobre canarios de canto, o se limitan a dar su opinión, basada en experiencias ajenas y que, sin duda, no se atreverían a realizar aquellos que las hicieron, porque no se puede tratar de igual forma lo que la naturaleza y la mano del hombre, en el caso concreto del canario, han hecho desigual.

2. El mes de septiembre

La recta final del trabajo del canaricultor comienza en el mes de septiembre, o, lo que es lo mismo, cuando los jóvenes canarios van terminando su primera muda. El final de la muda significa que los canarios son ya fisiológicamente casi adultos, para considerarlos como tales habrá que esperar todavía, no obstante, a que su desarrollo hormonal culmine.

Una vez que el canario ha finalizado su primer período de muda y ha abandonado, para siempre, su plumaje juvenil, el desarrollo hormonal, en cierta manera paralizado hasta ahora, se reactiva y cada día es más evidente el avance que el repaso del mismo experimenta. El rebujo, tomando la expresión utilizada por un compañero colegiado, empieza a ser más comprensible para nuestro oído, a pesar de haber estado siempre ahí, tan sólo nos faltaba ese decodificador natural que hace que poquito a poco el repaso se transforme en el bello y armonioso canto del canario adulto. Mucho les queda a nuestros canarios por recorrer todavía, pero será preciso multiplicar las horas de observación de los diferentes voladeros, con el fin de evitar que un canario excesivamente adelantado pueda arrastrar a sus hermanos por una senda inadecuada que los conduzca irremediablemente a la pajarería más cercana. En esta tarea, será de suma utilidad vigilar a los canarios que dominan en cada voladero, lo que resulta fácil si hemos observado los voladeros con asiduidad. Los canarios guía, como yo los denomino, ocupan el lugar más alto dentro de la jerarquía establecida en esa pequeña comunidad que constituye cada voladero, es el canario guía, o los canarios guías, si hay varios, los que dominan a sus hermanos y los que marcan el desarrollo de su canto. Así, si uno de esos canarios empieza a realizar defectos, o a degenerar su canto, las posibilidades de que los demás machos del voladero lo sigan son casi absolutas. Por ello, si observamos que uno de ellos ejecuta variaciones no deseadas habrá que separarlo y quizás, con un poco de suerte, hayamos conseguido salvar al resto. Si tardamos mucho en separar esos canarios guía, también puede ocurrir que sus hermanos no sepan seguir correctamente la evolución de su repaso, así que, cuanto más tardemos, los riesgos de malograr al resto de machos se multiplica.

Tampoco debemos dejar de vigilar al resto de pollos, pues uno de los canarios que consideremos jerárquicamente inferiores, puede estropearse y arrastrar a todos los demás, dada la mayor facilidad que entrañan en su ejecución los giros degenerativos y defectuosos. En resumen, debemos vigilar a todos los canarios, pero muy en especial a aquellos que ostenten una posición jerárquica mayor entre sus hermanos y a aquellos que presenten una debilidad, o subdesarrollo físico notable (los ejemplares enfermizos, así como los que se han desarrollado deficientemente, están, generalmente, peor dotados para el canto, ya que no son capaces de llevar a cabo una evolución normal del mismo, lo aconsejable es separarlos cuanto antes de sus hermanos, ya que son los primeros que suelen realizar variaciones defectuosas).

La observación de los voladeros en septiembre puede facilitar, a canaricultores experimentados, una primera selección; ya que podemos descartar algún voladero, en atención a esas observaciones que la experiencia posibilita y que están lejos del alcance del principiante. De lo que se puede hacer con esos primeros descartados, si no se tiene sitio donde puedan seguir su evolución sin riesgo para el resto de ejemplares (por si acaso nos equivocamos), o si no se quieren sacar del criadero definitivamente (vendidos o regalados), trataremos más adelante, al hablar de los ejemplares descartados, en general, por manifestar una carencia de facultades para el canto, o para desarrollar su repaso con las suficientes garantías.

De este segundo apartado cabe apuntar que el mes de septiembre tiene que ser dedicado al control del repaso de nuestros canarios, que empieza a ser más nítido, y a efectuar, aquellos que estén capacitados, una primera selección.

3. El mes de octubre

La mayor parte de los concursos de canarios de canto se celebran desde la última semana del mes de noviembre hasta principios del mes de febrero. Geográficamente, los concursos de Andalucía y de la zona de Levante suelen ser los primeros, los últimos son los del tercio norte peninsular, en concreto, si mis informaciones no están equivocadas, el último concurso de Canto Español (Timbrado) es el de la ciudad de Oviedo, una de las cunas de nuestra raza de canto. Lo cierto es que a lo largo del mes de octubre los canaricultores proceden a la separación de sus ejemplares en jaulas de concurso, la operación se realiza, en cada zona, dependiendo de las fechas de los concursos. Así, en aquellas zonas donde los concursos empiezan a finales de noviembre se enjaula a principios de octubre, y en aquellas donde los concursos se celebran a partir de la segunda quincena de enero la operación puede retrasarse hasta principios de noviembre. La mayor parte de los criadores enjaulan sus canarios, por término medio, durante la segunda quincena de octubre, lo que les permite un mayor margen de acción, a la hora de competir en concursos de zonas geográficas diferentes (Existen circuitos de concursos que comienzan en Andalucía y terminan en el norte, lo que permite una estrecha colaboración entre los canaricultores y sus asociaciones, y un mejor conocimiento de la realidad de nuestro canario a lo largo y ancho del país).

Antes de proceder a la separación en las jaulas de concurso, debemos cerciorarnos de que nuestro material está en condiciones y prepararnos un programa de actuación, a esta tarea dedicaremos los primeros días del mes de octubre.

Creo que sería interesante, ya que hemos hecho referencia al material, hacer un inciso y hablar de un tema tan importante como es el de las jaulas de concurso. Todo principiante se encuentra, dependiendo de la zona geográfica en que resida, con el problema de la provisión de jaulas de concurso, las cuales se fabrican artesanalmente y no suelen encontrarse fácilmente en el mercado. Para hacernos con ellas tendremos que recurrir a las asociaciones, donde seguro que nos pueden dar solución al problema, bien directamente, bien proporcionándonos información sobre donde conseguirlas. Existen, por lo demás, varios tipos de jaula de concurso, tema en el que no voy a entrar, unas se ajustan al modelo C.O.M. para canarios de canto (jaulas valencianas y jaulas sevillanas) y otras son fruto de la escasez de las primeras, o de la tradición (jaulas de aluminio y jaulas de madera del modelo antiguo [madrileñas], estas últimas se ven todavía con frecuencia por los concursos). Tengamos un modelo u otro de jaulas, lo importante es que estén en buenas condiciones y cumplan con su finalidad.

Otro tema de interés, relacionado con el de las jaulas, es el de la colocación de los palos. Es frecuente ver los palos colocados según el Reglamento de concursos de la C.O.M., según el mismo, las jaulas de los canarios Roller (art. 5 del Reglamento de esa raza, aplicable al resto de canarios de canto) deben llevar un palo en el tercer alambre del lado de los comederos y otro en el sexto del lado opuesto; lo mismo dispone el art. 19 del Reglamento del Campeonato Nacional F.O.C.D.E. .Tal práctica es contraproducente, ya que si el canario no adopta, de forma natural, una posición de canto correcta (horizontal respecto al suelo, haciendo un ángulo cuanto más agudo mejor), es muy difícil corregírsela con los palos así colocados. Los palos de la jaula deben colocarse centrados y a una altura media, para que si el canario adopta posturas de canto muy verticales, que suelen propiciar cantos demasiado elevados, cuando no estridentes, se le puedan subir y obligarlo a cantar echado, con lo que el canto gana en dulzura y el canario resulta más estético en la jaula. Hay que utilizar las jaulas y sus elementos como instrumentos para ayudar a los canarios a sacar el máximo partido de sus posibilidades. Sepa el lector que la incorrecta colocación de los palos y las posturas viciadas que provocan en los canarios, pueden causar una impresión bastante negativa en el juez, asimismo hay ejemplares que están acostumbrados a cantar en una posición incorrecta, como consecuencia de los palos y que cuando se les suben, adoptando una posición de canto más horizontal, ganan en musicalidad y la valoración de algunos pasajes puede ser mayor.

Retomando el tema central del trabajo, trataremos del lugar en el que vamos a colocar a nuestros canarios, una vez separados en las jaulas de concurso. Dicho lugar, si es posible, una vez trasladadas las hembras jóvenes a otro lugar (por ejemplo, con las adultas), será el mismo en el que han pasado los meses de voladero, cuantos menos cambios ambientales sufran será mejor. Las condiciones medioambientales serán las mismas que tenían en su fase anterior, estancia con buena acústica, semipenumbra, o luz tenue, tranquilidad, higiene extremada, una correcta y suficiente ventilación y ese aparato de música que tanto nos ha ayudado en la tarea de segregar acústicamente un voladero de otro. La alimentación seguirá siendo una mezcla de alpiste y nabina, cuya composición variaremos en atención a las necesidades de cada pájaro; si va muy adelantado añadiremos más nabina a la mezcla y si el problema es su retraso se la quitaremos, si es preciso en éste último caso procederemos a suministrarle alpiste solo. Nunca utilicemos vitaminas para adelantar a un canario, pues podemos forzar un desarrollo insatisfactorio para nuestros fines.

Tengamos en cuenta que el hecho de enjaular a nuestros jóvenes canarios a una edad tan temprana provoca que aceleremos el normal devenir de la evolución de su repaso. La soledad anticipada a la que sumimos a nuestros ejemplares, en condiciones naturales, no se produciría hasta la llegada de la primavera, cuando alcanzarían la madurez sexual determinada por la culminación de su desarrollo hormonal. En ese momento las bandadas que han pasado el invierno juntas se separan y empiezan los preparativos de la época reproductora. Con la separación en jaulas individuales fomentamos un precoz desarrollo hormonal propiciado por el asombroso desarrollo del instinto de territorialidad, que lleva al canario a marcar su territorio, la jaula, frente al resto de sus compañeros, que se hallan en la misma situación. De como se adapte el canario a su nuevo hogar, dependerá, en gran medida, que sea capaz o no de desarrollar al máximo sus facultades canoras, pues si acusa en exceso el cambio de situación pueden acontecer una serie de circunstancias que lleven a una degeneración de su canto. Puede ocurrir desde un estado de abatimiento físico, que puede provocar la muerte del ejemplar, hasta reacciones que van desde un bajón hasta una precipitación en la evolución del canto, contraproducentes ambas para el mismo.

Debemos retrasar lo máximo posible la fecha de separación, ya que ese enjaulamiento antinatural al que sometemos a nuestros pájaros puede desembocar en la aparición de giros degenerativos como consecuencia de la precipitación del canario a la hora de fijar las diferentes variaciones que componen su canto. Es muy frecuente que un ejemplar, al querer adelantar en exceso la realización de un giro, no llegue a combinar bien las diferentes consonantes y vocales que en él intervienen y ante esa situación improvise consonantes de más fácil ejecución, como por ejemplo la ch. Un consejo útil, para el principiante, es que no intente preparar sus canarios para un concurso determinado, sino participar en aquellos concursos que más se adapten a la evolución del canto de sus ejemplares, de no hacerlo así corremos el riesgo de que el canto de nuestros canarios degenere o se recorte en exceso. Hay suficientes concursos en nuestro país como para no tener que hacer depender nuestro plan de trabajo de uno solo, aunque sea el de nuestra ciudad. Es primordial intentar que la evolución del repaso de nuestros canarios se realice pausadamente, bastante los hemos adelantado ya al proceder a su separación en las jaulas de concurso.

Hay diferentes formas de colocar, o situar, las jaulas de concurso. Se puede utilizar un armario especialmente diseñado para tal fin, transformar las baterías de cría en armarios quitando los frontales, utilizar transportines en lugar de armarios, e incluso colgar las jaulas, simplemente en una pared, mil y una formas, para todos los gustos y para cualquier lugar (desde una habitación hasta un balcón, o terraza). Este es un punto que depende exclusivamente del sitio que disponga cada criador, como he indicado más arriba, hay que adaptar el método a nuestras posibilidades y no al contrario.

Por último, a la hora de separar los jóvenes machos, hay que asegurarse de que han finalizado por completo la muda. Es interesante que realicemos esta operación [la separación] gradualmente, atendiendo principalmente a dos factores: la edad y el desarrollo; y las fechas de los concursos. Cuando dispongamos de un número elevado de machos y los concursos en los que pretendamos participar tengan fechas poco próximas, es conveniente que separemos los canarios gradualmente, en relación al grado de desarrollo de su canto, para poder tener diferentes lotes con los que competir en cada uno de ellos, sin tener que adelantar, o atrasar la evolución del repaso.

Distribuiremos los canarios por lotes de hermanos, si los hemos tenido así separados en la fase de voladero y si no lo hemos hecho así y los hemos tenido todos juntos, por semejanza de canto. Entre los canarios que tengan un mismo repaso, haremos una selección atendiendo a las características de sus voces, en especial al tono. Cada lote estará ubicado en un estante, o transportín diferente.

4. Un período crítico

Como hemos indicado repetidamente, a lo largo del punto anterior, el hecho de introducir a nuestros canarios en jaulas individuales, como requiere la práctica de la canaricultura deportiva, supone adelantar la evolución de su canto, para que madure a tiempo de poder competir en los concursos. Es por ese motivo por el que las primeras semanas en las jaulas de concurso son cruciales para el éxito o fracaso de nuestras aspiraciones deportivas. Dependiendo de la capacidad de adaptación de nuestros ejemplares a la situación descrita su repaso evolucionará en un sentido u otro. El hecho de que debamos procurar que las circunstancias medioambientales no varíen, respecto a la fase de voladero, se debe a esa labor de procurar, que dentro de lo que cabe, el canario no acuse en exceso el cambio de situación. Así, si quitamos luz, el canto de nuestros canarios sufrirá un considerable bajón, que puede propiciar un canto recortado y bajo de tono e intensidad, si por el contrario, aumentamos demasiado la luz, propiciaremos un mayor adelantamiento en la evolución que puede desembocar en cantos con giros degenerativos y, posiblemente, tendentes a la estridencia. Una práctica aconsejada por algunos criadores, en aras de lograr una mejor aclimatación, es dejar que los canarios se puedan ver durante los primeros días de separación individual, no colocando las chapas o separaciones entre las distintas jaulas. De todo lo dicho, el lector puede deducir que en el manejo de los canarios de canto tanto el exceso como el defecto provocan situaciones perjudiciales, difícilmente susceptibles de ser solucionadas, una vez que se producen, por el criador.

El período crítico al que nos referimos, es el de la maduración forzada que tienen que llevar a cabo los jóvenes canarios hasta conseguir cerrar canto, o, lo que es lo mismo, la realización del canto de un canario adulto, a lo que se añade la exigencia de acomodarse a ese patrón artificial denominado Código de canto, creado por el hombre para modelar el canto de los canarios bajo las cualidades musicales de ritmo, armonía y melodía. El tiempo que tarda el canario en cerrar canto oscila entre mes y medio y dos meses, dependiendo de las características de cada línea de canto, en particular, la mayor o menor complejidad de las variaciones que pretende fijar y de las circunstancias medioambientales, entre las que el hombre, sus aciertos y sus equivocaciones, ocupan el primerísimo lugar. Hay muchos canarios que potencialmente son auténticos campeones y que no alcanzan tal categoría, a la que genéticamente estaban destinados, por las torpezas de sus criadores. En suma, las atenciones que dedicamos a nuestros canarios son definitivas, para bien, o para mal, a la hora de obtener buenos resultados en la cría y preparación deportiva de los canarios.

Hasta que el canario no cierre canto no debemos sacarlo, del lugar donde se encuentre, para cantar, tal práctica supone precipitar la evolución del repaso, la preparación y entrenamiento tenemos que dejarlos para ese momento en el que, si bien sigue evolucionando su canto, ya no se corren riesgos de que algún giro en proceso de formación degenere. El entrenamiento, al que dedicamos un punto más adelante, debe llevarse a cabo con canarios que realicen ya un canto sumamente avanzado, en el que se deje notar cada giro que lo va a componer, pero al que le falta todavía la tonalidad, la intensidad y el colorido del timbre de voz que adquirirá en pocos días o semanas. El canto del canario sigue un ciclo, la habilidad del criador está en saber hacer llegar a sus ejemplares a los concursos en el punto de mayor esplendor, pues a partir de entonces, la mayoría de los canarios, empiezan a mostrar síntomas de celo y el canto empieza a perder musicalidad (ritmo, armonía y melodía), a medida que va ganando decibelios, como forma de demostrar su virilidad y con el fin de atraer a las hembras, al tiempo de avisar a los otros machos de su presencia.

Hasta que llegue ese momento, en el que podamos ir sacando los diferentes lotes de sus estantes, o transportines para escucharlos e ir aclimatándolos a los cambios de lugar y a la presencia de otras personas, debemos escuchar y controlar a los canarios, sentados frente a ellos, para poder ver cuáles y cómo cantan, separando aquellos que demuestren una inferioridad en su aptitud para el canto y haciendo lo necesario para que el resto se desarrolle en las mejoras condiciones (Tengamos presente que, tanto en el voladero, como en las jaulas de concurso, antes de que el canario alcance un canto nítido, pasa por distintas fases en el proceso de plasmación de su patrón innato en una melodía y hay días que apunta gran calidad y otros en los que destaca una aparente mediocridad, que desilusiona al criador. No confundamos estas fluctuaciones, propias del repaso, con el proceso de recortamiento, o degenerativo, continuado que experimentan esos canarios a los que es necesario separar, una cosa son los cambios propios del canto en período de formación, que se producen intermitentemente, o de forma ocasional, y otra esos cambios continuados que se hacen día a día más patentes). Si hay ejemplares que necesitan una alimentación diferente (vid. referencia anterior sobre la mezcla de alpiste y nabina) deberemos suministrársela, si hay cambios bruscos de temperatura, que puedan perjudicar a las voces de nuestros pequeños tenores les suministraremos, por ejemplo, agua de regaliz, o palo dulce, como se le conoce en algunas regiones, para prevenir problemas respiratorios que pueden perjudicar tanto su aptitud para el canto, como la realización de las variaciones que conforman su repertorio (está más que demostrado que los resfriados, u otras enfermedades de las vías respiratorias, son la causa de que muchos canarios se malogren y de la emisión, en alto número de casos, de nasales, así como de las temidas afonías; azote de la canaricultura de canto a lo largo de toda su historia). Incluso hay quien les da una pequeña bizcochera de pasta de huevo y miel una vez a la semana. En resumen, debemos estar pendientes de todas las necesidades que estos singulares estudiantes alados puedan precisar para poder sacar el máximo partido de sus condiciones innatas para el buen canto. A modo de recordatorio, tengamos presente que el fenotipo, o conjunto de caracteres perceptibles por nuestros sentidos, es el resultado de la incidencia sobre el genotipo, conjunto de caracteres que un ejemplar ha heredado de sus progenitores y que puede transmitir a su descendencia, de los factores medioambientales. De nada sirve tener un plantel de ejemplares de alta calidad, genéticamente, si luego no somos capaces de propiciar las condiciones precisas para que aflore.

5. Ejemplares que manifiestan una carencia de facultades (giros defectuosos y canto excesivamente pobre y recortado)

La esencia de la canaricultura deportiva es la mejora de las distintas razas de canarios. Para ello existen una serie de Códigos y Reglamentos, que recogen las características que deben tener los ejemplares de una u otra variedad. El camino para llegar a la ansiada y utópica perfección, es la selección zootécnica, mediante la cual eliminamos los ejemplares que no se ajustan al estándar de la raza y nos centramos en el trabajo de los considerados aptos para llevar a cabo nuestro objetivo, ya sean los concursos, o la reproducción, con posterioridad a los mismos.

A lo largo de la temporada, desde que empezamos la cría hasta que van a empezar los concursos, la selección debe hacerse en tres estadios:

– Eliminación de los ejemplares con taras físicas.

– Eliminación de aquellos ejemplares que no se ajustan, por el motivo que fuere, al estándar de la raza que cultivemos. En nuestro caso, el canario de Canto Español (Timbrado), los motivos de descalificación en un concurso son: Presencia de factor rojo en el color; Rizos en el plumaje; Giros, en el canto, que hagan sospechar del cruce con otras razas (Roller y Malinois); Cualquier otro indicio que pueda poner en evidencia el cruce con otras razas de canarios o especies distintas.

– Eliminación de los ejemplares que muestran una carencia de facultades para la función canora.

Los ejemplares de los dos primeros grupos, en teoría, habrán sido desechados ya en fases anteriores, por ello en este apartado solo se hace referencia a los terceros. Hay que distinguir de entre los canarios que hemos ido separando paulatinamente y que se hallan en este grupo, aquellos que realizan giros defectuosos y aquellos que, sin realizar ese tipo de notas, presentan un canto de pobre repertorio, de los que decimos que están recortados. Si no disponemos de mucho sitio, lo normal es que estos canarios estén ya en pajarerías, o en las casas de algún amigo o conocido. No obstante, si tenemos sitio de sobra, cosa infrecuente hoy en día, podemos intentar corregir sus defectos, la forma de hacerlo dependerá de la naturaleza de esa carencia que nos ha llevado a separarlos.

a) Ejemplares con giros defectuosos o negativos. El criador de canarios de canto debe permanecer atento y demostrar su sensibilidad musical a la hora de la detección de cualquier giro defectuoso en el canto de sus ejemplares. En efecto, giros defectuosos o giros negativos, ya que no todos los defectuosos son penalizados como negativos, su ejecución simplemente resta puntuación a la hora de hacer la valoración de cada pasaje por el juez; la emisión de variaciones defectuosas incide en la calidad conjunta de una serie de giros encuadrables en un mismo apartado de la Planilla de enjuiciamiento.

Cabe distinguir, dentro de estos giros, en atención a su naturaleza tres tipos:

Giros propios: Son aquellos que se integran en el patrón innato del canto de nuestros ejemplares y cuya realización se debe a una predisposición genética. Este tipo de giro suele manifestarse ya durante la fase de voladero, a partir de los dos meses de edad y son los primeros, por regla general, que suelen hacer acto de presencia.

Giros adquiridos (copiados): Son aquellos que el canario realiza al haberlos escuchado a otros ejemplares y que ha asimilado en su canto. Pueden aparecer en cualquier momento del desarrollo del repaso y, por lo común, desaparece el riesgo cuando el canario cierra canto. En muchas ocasiones este tipo de variaciones son copiadas por ejemplares que enviamos a concursar antes de haber culminado la evolución de su canto.

Giros degenerativos: Son aquellas vocalizaciones que aparecen en el canto como consecuencia de una carencia de facultades, de origen vario, en la plasmación de un giro que entraña en su ejecución una cierta complejidad y que se traduce en la sustitución del texto fonético original por otro de mayor facilidad, que suele propiciar giros sordos, carentes de musicalidad, que rompen la melodía intrínseca deseable en el canto del canario. Un claro ejemplo lo representa la profusión de variaciones pronunciadas con la consonante ch, que sustituye a las consonantes originales de mayor complejidad y musicalidad. Las causas de aparición de estos giros son muy variadas: enjaulamiento precoz; precipitación forzada de la evolución del repaso; dejadez por parte del criador en las atenciones debidas a los canarios (control de los distintos factores medioambientales); etc., etc..

Podemos hablar, a parte de los anteriores, de un origen de naturaleza patológica, sobre todo enfermedades de las vías respiratorias, que incide en la aparición y fijación en el repaso de vocalizaciones defectuosas. Si tratamos a nuestros ejemplares a tiempo, no debería producirse la degeneración del giro, si, por el contrario, no lo hacemos, el giro puede degenerar y, a pesar de la desaparición de la enfermedad, quedar fijado en el canto. Muchas nasales y rascadas se deben a estados patológicos que el criador no ha detectado a tiempo.

Cabe hacer una escueta referencia, dentro de este apartado dedicado a los giros defectuosos, a las voces defectuosas, o, dicho de otra forma, a esos fenómenos que afectan a la emisión sonora del canario de forma generalizada. Desde siempre, la mayor plaga que ha sacudido a los cultivadores de canarios de canto, ha sido la afonía (propiamente dicha, o leve, bajo la nomenclatura de voz tomada), a ella se ha unido en los últimos tiempos la gangosidad que aquejan muchos canarios. Sus causas de aparición son, principalmente, de origen genético (cruces mal confeccionados que se traducen en órganos de canto defectuosos) y de origen patológico. Contra las que tienen origen genético no hay nada que hacer, tan solo procurar no utilizar ejemplares sospechosos de transmitirlas en la cría. Las que tienen un origen patológico tienen difícil tratamiento, pero cabe la posibilidad de que desaparezcan a la vez que la enfermedad que las propició. El agua de regaliz es un buen remedio si la afección no es de mucha gravedad, en el resto de los casos habrá que acudir a la experiencia propia o de otros canaricultores y, en último extremo, acudiremos a un veterinario para que nos prescriba un tratamiento adecuado para la enfermedad de origen.

Mención aparte merecen las denominadas voces nabinizantes, como se conocen las voces de los canarios que aquejan un defecto tonal que causa la impresión de estar ante ejemplares, que a pesar de realizar correctamente los distintos giros que conforman el canto de los canarios adultos, no han alcanzado la madurez sexual; la pobre tonalidad en la que emiten su canto se debe a un exceso de nabina en la mezcla (Citando a D. Rafael León Rivero, «El entrenamiento del canario Roller», Pájaros nº 7, 2ª Época, pag. 16 (1969): «La nabina posee sustancias anti-tiroideas o bociógenas, que provocan un agrandamiento (hiperplasia) del tiroides, glándula situada en la parte anterior del cuello de las aves y que por mediación de su hormona (tiroxina) estimula la secreción testicular, y todos sabemos que el canto de las aves es dependiente de esa secreción, que mientras más acentuada sea, más estridente será el canto en cuestión. Pues bien, la hiperplasia a que nos referíamos compromete la secreción de la hormona tiroidea, disminuyendo como consecuencia lógica en la circulación y por tanto el estímulo al testículo del ave no será tan marcado y su canto, en relación directa, como decíamos, con este proceso fisiológico, también será más suave.»). El criador debe evitar, a toda costa, que esto se produzca, para ello cuidará que la dosis de nabina, en aquellos casos en que deba aumentar la habitual, no sea excesiva.

Ya hemos dicho que no es lo mismo hablar de giros defectuosos que de negativos, a pesar de que ambas categorías se encuentren irremediablemente unidas. No todos los giros defectuosos son negativos. Para saber cuáles son las notas negativas de cada raza de canarios hay que acudir a su Código de canto. En concreto, para el Canto Español (Timbrado) hay tres giros que restan puntuación: rascada, estridencia y nasalidad. Veamos brevemente cada uno de ellos:

Rascada: Defecto que tiene su origen en la excesiva predominancia de la consonante r en el texto fonético del giro, que produce un sonido duro que molesta a nuestro oído. Se da en aquellos giros donde interviene la consonante citada, principalmente en notas de ritmo continuo (timbres y variaciones rodadas) y en los denominados floreos de riña o reñideros. No debemos confundir la rascada con los giros sesgados, propios de muchos ejemplares procedentes de cruces con canarios silvestres, en los que predomina el sonido de la consonante r, pero sin romper la musicalidad del canto.

Estridencia: Defecto que consiste en un cambio brusco, bien en el tono, bien en la intensidad del sonido durante la emisión del canto, que provoca la perdida de la musicalidad del mismo (ritmo, armonía y melodía). Las subidas de tono e intensidad que provocan la estridencia pueden atenuarse disminuyendo la cantidad de luz que reciben los ejemplares afectados y aumentándoles la cantidad de nabina.

Nasalidad: Defecto consistente en la producción de un sonido defectuoso, cuyo origen, aparentemente, parece estar en los orificios nasales más que en la siringe. Generalmente se da en giros en los que prevalece el sonido de las vocales (más puros que aquellos en los que dominan las consonantes) y en aquellos en los que intervienen ciertas consonantes que, por su especial sonoridad, son susceptibles de producir nasalidad si la dicción de las mismas no es la adecuada. Ejemplos de nasalidades producidas por una deficiente pronunciación, que conduce a la degeneración del giro, son las que se dan en los canarios Roller en las flautas (sustitución de la consonante d por la m) y en los canarios de Canto Español (Timbrado) en la campana (deficiente dicción de la consonante n). Los giros gangosos se penalizan dependiendo de su intensidad, los casos más graves constituyen nasalidades, mientras que los leves restan puntuación a la hora de valorar el giro, pero no llegan a ser negativos, propiamente dichos.

A lo largo de las líneas precedentes, hemos visto que en algunos casos los giros defectuosos son susceptibles de ser corregidos, o, al menos, atenuados, dependiendo de su causa de origen. Cuando esto no es posible el canaricultor debe recurrir a medidas más contundentes.

Nos hemos declarado, al inicio del presente trabajo, contrarios a la utilización de maestros para educar a los canarios de Canto Español (Timbrado), dada la riqueza genética de nuestro cantor nacional, y lo contraproducente de tal práctica para la mejora del patrón innato que rige el canto de nuestros canarios. Tras esa práctica, se esconde, generalmente, una canaricultura de tipo conservador y sin riesgos, que pretende asegurar el éxito en los concursos y la venta de las copias. No obstante, el canaricultor -que no pajarero- sabe que, en algunos casos, la utilización de maestro podría estar justificada. En efecto, la práctica indiscriminada de la educación con maestros es criticable, pero la misma práctica utilizada en casos concretos y justificados puede ser instructiva. Sin duda alguna, la corrección de ejemplares que presentan en su canto giros defectuosos es uno de esos supuestos en los que podría parecer justificada la utilización de un tutor, que tendría como función la educación de los ejemplares que por sí solos no han tenido las suficientes facultades para realizar su canto bajo los parámetros mínimos exigibles a una raza de canarios canto. No obstante, si pensamos detenidamente sobre esta cuestión, nos daremos cuenta de que no merece la pena realizar tal práctica. Con todo, haremos una referencia con carácter puramente educativo.

El tipo de educación referido debe ser llevado a cabo bajo una serie de requisitos, que se me antojan indispensables, a la vez que difíciles de cumplir por la mayoría de los canaricultores. Dichos requisitos son sitio, tiempo y un ejemplar que reúna las condiciones necesarias para la tarea de la educación. De los dos primeros no hace falta hablar, del tercero haremos una escueta mención. El criador de canarios de canto debe ser consciente de que si no cumple estos tres requisitos debe desprenderse de los ejemplares con giros defectuosos en el momento que los descubra.

Del tema de los maestros se ha tratado en un gran número de trabajos, quizás en demasiados, pero, en la opinión de la mayoría de los aficionados, el enfoque que se le ha dado al tema es, cuando menos, insatisfactorio. De todas formas, si en algo coinciden todos los que han tratado este asunto, es que el ejemplar utilizado para esta tarea debe tener una gran calidad y carecer de defectos en su canto.

Debe ser un canario en el que las cualidades sonoras (tono, intensidad y timbre) y las cualidades musicales (ritmo, armonía y melodía) sean perfectas, con un repertorio rico y variado (recordemos que calidad es mejor que cantidad y entre dos ejemplares, es preferible aquél que realice menos variaciones pero de gran calidad que aquél otro de repertorio más variado pero de inferior calidad). Es fundamental una buena dicción, para evitar que los alumnos asimilen erróneamente la lección y realicen los giros sin la pureza necesaria, lo que se traduce en vocalizaciones de deficiente calidad. En último lugar, el maestro será de la misma familia o línea de canto que los alumnos, o, por lo menos, tendrá un canto de características compatibles al de éstos. Un problema que se plantea a la hora de utilizar este sistema es el de la conservación del canto de los machos adultos, ya que, normalmente, a medida que entran en celo y se desarrolla la temporada de cría, el canto va decreciendo, a veces de forma estrepitosa, en calidad. Sin duda, el maestro ideal sería un canario que no hubiese criado, con lo que, en teoría, su canto estaría mejor conservado, no obstante supondría dejar de utilizar como reproductores a los ejemplares de mayor calidad, con la consiguiente pérdida que conllevaría en el aspecto de la mejora genética. Respecto a la utilización de medios electrónicos para la enseñanza (grabaciones realizadas en cualquier tipo de soporte), tengamos en cuenta que a pesar de que la calidad de la grabación sea muy alta, siempre se perderá algún importantísimo matiz tanto sonoro como musical.

Para llevar a cabo la educación de los jóvenes descarriados, procederemos a colocar una cortina oscura delante de los mismos, pero guardando una distancia prudencial, a fin de no disminuir peligrosamente la ventilación del lugar donde se encuentren ubicados (en el caso de tenerlos en transportines puede bastar con tener la puerta o tapa cerrada, siempre, como he dicho, que la ventilación no sufra un menoscabo importante).

La finalidad de sumir en la oscuridad a los canarios es inhibir su ánimo de cantar, para que así presten mayor atención al maestro y asimilen correctamente su canto. Si se me permite la expresión, lo que se pretende es bombardear a los ejemplares con defectos con el canto del maestro para que sustituyan el canto propio por el de éste.

El maestro puede colocarse de diferentes maneras, entre los alumnos, enfrente de ellos, etc., lo importante es que el sonido llegue correctamente a estos últimos y que no haya obstáculos físicos que puedan desvirtuar la correcta percepción de sus lecciones.

b) Canto excesivamente pobre y recortado. Desgraciadamente, suele ocurrir que algunos ejemplares desarrollen un canto excesivamente pobre y recortado, bien por una carencia de facultades, bien por factores externos, tales como la copia o la incorrecta actuación del criador (por ejemplo, tapar los canarios antes de que cierren canto). No debemos confundir a estos ejemplares con aquellos otros que recortan su canto cuando están a punto de cerrarlo, o con posterioridad a haberlo hecho, ya que, a pesar de que en ocasiones las causas coincidan, la explicación resulta imposible de hacer en la mayoría de las ocasiones, pues hay canarios que sin causa aparente empiezan a encerrarse en una parte de su repertorio, en detrimento de la otra, y ya no es posible hacer nada para remediarlo

Nos referimos únicamente a esos pollos que a lo largo de la evolución de su repaso nunca han mostrado facultades, a pesar de no tener giros defectuosos o negativos, para realizar un canto rico y variado.

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